abril 27, 2022

Pasó el tiempo.

Ha pasado mucho tiempo y todo lo que he escrito se ha perdido. Pero hay tanto por decir, que apenas importa que no tenga conmigo lo que un día escribí, porque muchas cosas se han olvidado y otras no se olvidarán jamás. Hace mucho tiempo llegué a preguntarme, si acaso otras personas tienen razón en decir que hay que sujetarse a lo que es y que las cosas son como son. En un momento traté, de verdad traté, de desvincularme de mi verdadero ser, eso fue una verdadera catástrofe. Ahora me veo aquí, en el tiempo actual, y me doy cuenta que fue lo peor que pude hacerme a mí misma, porque nadie, sépanlo bien, nadie merece tanto de otra persona. Y nadie merece dar todo para recibir la ingratitud, la crítica y hasta los reproches de quienes se han beneficiado de todo lo que has dado. He pasado por momentos tan dolorosos, sintiendo que mi corazón se rompe, dándome cuenta que no importa que des todo lo que tienes y lo que eres, porque si lo entregas a las personas equivocadas, no vale de nada. Cuando te dicen que diste porque querías, es como si escucharas que te dicen que tiraste todo a la basura. Cuando te dicen que no te pidieron nada, te das cuenta que echaste todo por un enorme agujero que todo se traga y de ahí no sale nada porque es el vacío. Y en medio de esa terrible sensación de perdida sin sentido, llega un momento en el que te comienzas a sentir vacía. Lo más triste es darte cuenta que es verdad, que nunca te pidieron nada, no de una forma abierta, pero si a través de la manipulación y el chantaje emocional, pero un día, después de llorar y preguntarte una y otra vez, ¿Dónde fallaste? Te das cuenta que no fallaste, que dar está en tu misma naturaleza y das porque tienes mucho que dar, porque si fueras un hueco vacío, como lo son esos seres oscuros que solo reciben y nunca dan nada, pues serias otro hueco más y no lo eres. Hoy vi una imagen de un árbol lleno de mariposas y esa imagen me hizo sentir que, a pesar de todo, no estoy perdida, que aún puedo y debo recuperarme. No sé cómo y no se cuanto tiempo me va a tomar volver a reconstruirme, pero lo he hecho antes y sé que puedo volver a hacerlo. No, las cosas no son como son. No, no tenemos que sujetarnos a lo que nos dicen que es. No, no quiero y en realidad nunca quise. Tuve miedo de navegar contra la corriente, pero ahora que salí de ahí y veo que es solo una mentira que tratan de meter en las mentes de las personas. Los parásitos emocionales y los parásitos laborales tratarán, hasta el fin de los tiempos, de lograr obtener todo lo que necesitan de la gente que está llena de lo que les hace falta a ellos, pero nunca podrán atentar contra alguien que logró darse cuenta y salir de sus redes, porque aunque para subsistir, tenga que estar ahí, no lograrán vencerle.