noviembre 17, 2010

Las brujas

Hubo, en un tiempo no muy lejano, dos hermanas perversas que disfrutaban haciendo el mal. No contaré todas sus malas acciones, me limitaré a una que vi de cerca, tan de cerca que llegué a temer por mi seguridad. Sucedió que estas mujeres vivían resentidas porque su padre nunca se hizo cargo de ellas y porque siempre había tratado de mantenerlas ocultas de su vida pública como abogado reconocido que era, ellas eran el fruto de un amorío fuera de matrimonio. Una vez que su madre murió por causa de un problema cardiaco congénito, ambas hermanas decidieron vivir siempre juntas. Una de ellas vivió siempre una vida disipada, apenas con alguna responsabilidad, alejada de compromisos, pasando de una aventura a otra siempre con hombres casados; la otra hermana, había estudiado y trabajado hasta convertirse en médico. Siendo muy jóvenes, había recogido –comprado- a un niño. Hijo de una prostituta que lo había abandonado. Ellas lo trataron como un hijo y le habían dado todo lo que un niño puede necesitar y querer. El niño se hizo hombre y aunque llevaba una vida normal, nunca pudo lograr que sus “tías” aceptaran a ninguna novia que les presentara, todas les parecían poca cosa para su hijo. Sucedió que un día el joven conoció a una joven mujer que reunía todas las características de lo que él podía llamar “la mujer ideal”, era una joven guapa, delgada, armoniosa, estudiante de diseño, amable y cariñosa, hija de una familia sencilla pero bien establecida; pronto iniciaron una relación y un día la llevó a conocer a sus tías y aunque ellas reconocieron las virtudes de la chica, nunca la aceptaron y se dedicaron a hablar de sus defectos, aunque fueran más inventados que reales, aún con todo, el joven quiso casarse con ella. Las mujeres hicieron todo lo que pudieron para evitarlo, le hablaban a su sobrino de las “desventajas” de su novia, le mostraban sus “defectos”, hasta le buscaban otras candidatas, todas chicas bellas que contrataban para conquistarlo con sus encantos, todas chicas bellas de alquiler que lo hicieran olvidar a esa “pobre muchachita” que nunca estaría a su nivel, ni era merecedora de tanta suerte y fortuna. Pero el quiso casarse con esa chica que era su novia, a quien él consideraba una buena mujer, con la que quería formar una familia y aunque en su mente comenzaba a introducirse el veneno de la duda, así lo hicieron. Por muchos tiempo, las mujeres se dedicaron a intervenir todo lo posible en la vida de la nueva pareja, a menospreciar a la esposa de su sobrino, a inventar historias de su pasado, a envenenar el corazón de su sobrino, hasta que poco a poco, el comenzó a creer que lo que escuchaba era cierto, sin apenas poder ver lo mucho que lo amaba su esposa, sin apenas notar el cariño y el respeto que ella le ofrecía. El comenzó a menospreciarla y a ofenderla, hasta que llegó a creer que nunca la había amado, que ella se había metido en su vida por interés y porque él era mucho más de lo que ella podría haber aspirado. Así, la vida de esa joven mujer, comenzó a convertirse en una pesadilla y sin saber cuál era el origen de tan terrible y doloroso cambio en la forma de ser de su esposo. Habló con su mejor amiga, quien le aconsejó alejarse de él y buscar protección legal, ella pensando que esa era una medida extrema, habló con las malvadas tías de su esposo en busca de un mejor consejo, quienes fingiendo querer ayudarla, la llevaron hacía un destino más cruel y doloroso. Le contaron historias terribles de la vida de su sobrino, le hablaron de todos los amoríos que había tenido con aquellas mujeres que ellas mismas le habían llevado y le pidieron que siguiera a su lado y tratara de ayudarlo, que ellas la protegerían y que harían todo lo posible por ayudarla a salvar su matrimonio. La confiada joven confió en ellas y eso fue su perdición. Las mujeres siguieron envenenando el alma de su sobrino, hasta que llegó al extremo de golpear a la mujer que más había amado en su vida. La mujer confundida y avergonzada, creyendo que todo era su culpa, permaneció esperando que todo cambiara y poder recuperar a su amado esposo. Un día, las perversas mujeres invitaron a un bar a su sobrino, simplemente para celebrar el tener una familia tan hermosa, ellos tres eran la familia perfecta. Bebieron mientras le hablaban del desamor de su esposa, de cómo ella se quejaba de él con ellas, de cómo sospechaban que ella lo engañaba con cualquiera, de cómo habían escuchado que ella se burlaba de su hombría y su honor, hasta que el sobrino quedó ebrio. Envenenado de alcohol y de tantas falsas historias, envenenado por el resentimiento de esas mujeres, buscó a su esposa para arrancarle la vida, después, arrepentido por tan terrible arrebato, también se suicidó. Las mujeres no sintieron pena ni remordimiento, consideraban que su sobrino merecía tal destino por no haber hecho caso a sus deseos de no casarse con aquella mujer. Ellas no sabían de amor, cariño o de piedad, solo conocían el rencor y el odio. Vivieron siempre con miseria en el alma.

noviembre 16, 2010

Tristeza

Hace unos días te vi, había pensado que tal vez lo mejor era no volver a verte, pude quedarme y no ir, pero quise hacerlo para saber si mueves mi ser igual que antes. No sé qué sentí al escucharte hablar, no sé si fue tristeza o tranquilidad. Hubiese querido poder abrazarte, pero sé que si esto ocurriera, no podría dejar de demostrar lo que siento por ti… aunque antes si haya sido capaz de ocultarme.

Estoy presa en una pesadilla, un mal sueño que yo misma fui dejando que me envolviera y cortara mis alas. Has sido una luz en medio de mi tristeza y mi desesperanza, perderte será hundirme por completo en las tinieblas de la soledad en compañía, pero no hay nada que pueda hacer por tenerte cerca, por permanecer a tu lado. Nada nos une, tal vez un sentimiento compartido que no encontrará una fisura por la cual pasar, tal vez sólo es un sentimiento que no es compartido y que nunca lo será.

Tu ausencia es una espina que cada día se hunde más en mi alma, más aún cuando tu presencia no es lo que quisiera… es apenas una suave brisa que no logra despejar la maraña de ideas y deseos que alberga mi corazón. Es, tal vez, un sueño, algo irreal… y acaso nunca lograré saber si es así o si acaso alguna vez hubo o si acaso alguna vez habrá una oportunidad.

Éste sentimiento que me parece tan real como impropio, tal tierno como triste, me hace desear poder volver atrás, aún sabiendo que ello es imposible. Te veo tan cerca y a la vez tan lejos y no puedo hacer más que llorar sin que ello mengüe la tristeza que inunda mi vida ni el enorme y tal vez el estúpido deseo de ser alguien en la tuya.

julio 28, 2010

¿Crees en el matrimonio?

Me preguntaron si creo en el matrimonio y mi respuesta es sí… sin embargo, para mí el matrimonio debe darse si y solo si, realmente hay amor de ambas partes, todo lo demás es basura.

Conozco poquísimas historias conmovedoras en las que los matrimonios funcionan en base al “trabajo” diario que cada parte pone en la relación. ¿Trabajo para mantener a flote un matrimonio? si, es un trabajo diario demostrar los sentimientos sin miedo a hacerlo, sin temer que se nos tache de cursis o empalagosos; hablar sobre las cosas que pueden molestarnos sin temor a desatar una discusión o una pelea; escuchar sobre nuestros defectos pensando no en cómo devolver el comentario, sino en cómo hacer para mejorar; escuchar palabras dulces sintiendo que son sinceras; no tener que esperar el momento para hacer o decir lo que se quiere; saber que puedes confiar en el otro y que el otro puede confiar en ti. El matrimonio es bueno si ambos mantienen la amistad, el respeto, si se acompañan en las buenas y en las malas y se encuentra basado en objetivos y metas en común.

Poquísimas historias así, muchísimas de las otras, muchísimas historias amargas y desventuradas en las que el matrimonio no es más que una mala decisión, el resultado del miedo a la soledad, el resultado de un embarazo no planeado o peor aún de un embarazo no deseado. Muchas historias en las que el matrimonio es una falsedad planeada en función de la conveniencia de una o de ambas partes, demasiadas en las que uno controla al otro y le agobia con hechos y palabras.

De todas las posibilidades de malos matrimonios, la peor, me parece, es aquella en donde la conveniencia de una de las partes pasa por encima de los sentimientos de la otra. Eso es lo que algunos llaman… lo leí en algún lugar… le llaman “Estafa sentimental”.

¿Qué tipo de conveniencia? Se sabe que algunas personas se casan para obtener la residencia legal en algún país, para salir de un país, por estabilidad económica, por mejorar o cambiar la posición social, para tener hijos, por despecho, para evitar la soledad, para escapar de la casa paterna, etc. Una que me parece que poco se menciona, por lo absurda que es, es la de casarse para adquirir estabilidad emocional, ésta me parece la peor bazofia que puede haber, nadie que tenga desequilibrios emocionales puede esperar mejorar al romperle el equilibrio emocional a otra persona, pero ocurre y desgraciadamente ocurre mucho.

Tengo un caso muy cercano en el que el matrimonio ocurrió por el miedo de uno a perder al otro, simplemente perderlo, aunque no sintiera amor, ¿soledad tal vez?, ¿Egoísmo?. El hombre se empeñó en emprender un camino basado en la idea romántica y con expectativas idealistas, en la que esperaba que ‘la mujer ideal’ llegaría a hacerlo feliz, lo llenara, cubriera sus carencias y completara su vida. ¿Qué ocurrió en realidad? ese camino lleno de obstáculos, se combinó con la inmadurez y falta de recursos emocionales que culminó con un matrimonio fracasado, en el que no había comunicación, ni comprensión, ni respeto; en un matrimonio en el que hubo infidelidad por parte de uno de ellos: en un matrimonio que no solo hizo más infeliz a aquel que no fue honesto en sus intenciones, sino que hizo infeliz a aquella que se casó estando enamorada sin saber que había sido utilizada, y peor aún haciendo infelices a aquellos hijos que seguramente solo fueron deseados a medias, por uno y no por ambos padres.

Puedo asegurar que el dolor de un mal amor, o para ser más exacta, que el dolor del desamor, es el más difícil de borrar; sin embargo, pienso que la vida siempre nos dará sorpresas y que en cualquier momento y lugar podremos encontrar historias reales de personas que tienen un amor bueno que no les hace daño y ello les dará como me ha dado a mí la esperanza necesaria para decir que sí creo en el matrimonio, pero que sobretodo creo en el amor de pareja, aunque yo aún no lo haya vivido.

La locura de los celos

Puedo decir que finalmente, después de meses de verdadero sufrimiento, puedo hablar de los celos, pero no de cualquier tipo de celos, estos son mis celos, los celos que nunca antes sentí y que nunca creí llegar a sentir, pero que llegaron y desgarraron mi ser.

Si alguna vez han escuchado la frase “loca o loco de celos” debo decirles que es una frase muy real; por más que nos cueste creerlo, los celos pueden enloquecerte.

Los celos duelen, provocan un dolor en el alma y hasta en el cuerpo, pueden desgarrarte por completo. Son terribles cuando tienes motivos para sentirlos, porque sabes que no se trata de algo que está en tu imaginación, porque sabes que se trata de algo real, tangible, que son provocados por algo que realmente ocurre u ocurrió y porque no tienes manera de saber si volverá o no a ocurrir.

¿Qué son los celos? Encontré que “Los celos son una respuesta a lo que se percibe como una amenaza que se cierne sobre una relación considerada valiosa o sobre su calidad.”
Las emociones asociadas con los celos pueden incluir:
Dolor
Ira
Tristeza
Miedo
Pena
Humillación

Cuando yo me enteré que en mi ridícula historia marital había habido “infidelidad” sentí Resentimiento, no encontraba una respuesta al ¿Cómo pudiste hacerlo? Y auto incriminación, ya que me pregunté muchas veces ¿Cómo había podido ser tan ciega, tan estúpida y tan confiada?

Nunca pensé en compararme con “mi rival o mis rivales”, de ninguna manera me puedo comparar con prostituta alguna, por más guapa que pueda ser, para mí no deja de ser una prostituta. En cambio, yo sigo siendo atractiva y lo que es mejor siempre seré inteligente. Nunca me preocupó mi imagen ante los demás, seguramente habría quien dijera un “pobrecita” cuando en realidad debieran pesar “pobrecito, busca en la basura. Teniendo en casa un tesoro”. No me sentí sola, tengo la fortuna de tener pocos pero muy buenos amigos; Si me sentí humillada y traicionada porque confiaba y basaba mi confianza en mi propio sentido del honor, el respeto y la lealtad.

Creo que cedí por mera Posesividad, por un "nadie va a quitarme lo que es mío", sin embargo, ¿qué es mío? Lo único mío es mi vida, mis valores, lo que sé, lo que pienso y lo que siento. Tampoco tuve pensamientos de venganza ¿vengar qué? ¿El desamor? ¿Y manchar mi vida?, ¿ ensuciar el respeto que me debo a mi misma?, ¿perder mi honorabilidad? Nada ni nadie merece tal cosa.

Ahora, tiempo después pienso que esos celos son una de dos cosas, temor a ser abandonada u orgullo y competitividad. En un principio fueron ambas cosas, debo reconocer que sentí miedo de perder lo que tenía y a la vez sentí furia por mi orgullo herido. Con el paso de los días, las semanas y los meses, puedo decir, que el miedo a perder lo que tenía es lo más absurdo, porque nunca tuve nada, nunca tuve la relación que quise, que merezco. Tuve y sigo teniendo una relación de migajas, ahora más grandes que antes, pero a fin de cuentas migajas, porque ¿Qué es un matrimonio en el que solo yo amé sin ser amada?, ¿qué es un matrimonio basado en el abuso y la mentira?, ¿Qué es un matrimonio en el que ya no hay confianza? ¿Qué es un matrimonio en el que no hubo y no hay comunicación? … Ahora solo hay desconfianza, mi orgullo estuvo basado en lo que se esperaba de mí: "valgo porque doy lo que esperan de mi"; hoy, mi orgullo se basa no en lo que podría ser o hacer para darle gusto a otros, sino en lo que soy ¿Qué importa lo que otros quieran o esperan de mi, si ello no me interesa, si ello no es lo que necesito y quiero?

Sentí celos, celos patológicos, celos que duelen, hieren e inmovilizan o movilizan a hacer tonterías; celos que enloquecen a quien los siente. Hoy ya no los siento más, sentirlos, no cambiara las cosas, ni mi vida. Deseo no volver a sentirlos y trataré de mantener mi mente en donde debe estar, ocupada en lo que realmente importa, porque hay cosas más importantes que tratar de salvar lo insalvable. Y digo insalvable porque una vez que el “corazón se ha roto” los sentimientos salen y se pierden, al “romperse mi corazón”, mis ojos se abrieron y descubrí que lo que tengo no es lo que quiero.

julio 21, 2010

Redención

Hoy desperté pensando en el amor y el cariño, dos sentimientos que se parecen pero que son distintos.

Lo que pienso ahora es una “recopilación” de mis pensamientos del pasado. He vivido mucho tiempo retorciéndome los pensamientos entre el amor, el desamor, el cariño, la amistad, la traición, la mentira, el compromiso y el engaño, sin embargo, es hoy, en este momento, cuando me doy cuenta de que aunque muchas veces haya pensado que mi vida ha tenido poco amor, mucho cariño y demasiado desamor, en realidad ese amor ha sido constante y bueno.

Es seguro que en lo personal puedo hablar más del desamor que del amor y sin embargo, no encuentro más el sentido de dejar de lado lo que es más importante en la vida de cualquier ser, el amor.

Reconozco con alegría que en mi vida ha habido dos grandes amores, uno que recibí desde el momento mismo en que mi madre supo que llegaría a este mundo y el otro es el que yo misma siento desde el momento mismo en el que supe que mis hijos ya estaban en mí.

El resto de sentimientos han sido una mezcla de cariño, amistad, necesidad y hasta de conveniencia, pero si dejo esto en el lugar que le corresponde y pongo al frente, donde siempre debió estar, el hecho de que el amor, el amor verdadero, el amor sincero, ha estado siempre en mi vida, entonces puedo ver que mi vida ha valido la pena, más allá de los logros personales, más allá del dolor, del desamor y hasta de la humillación.

Hoy se que vale la pena vivir con el conocimiento de que se es una persona que ha sido amada y que se es una persona capaz de amar.

El hecho de poder reconocer, aceptar y agradecer que el amor haya tocado nuestras vidas, es suficiente para reconocernos como seres valiosos de la vida. Y que el cariño que sentimos hacia otros y el que otros pueden sentir hacia nosotros, son las flores que vienen a coronar este gran regalo de amor que tenemos en nuestras manos.

Hoy puedo ver más claro que nunca que la amistad es un bien que debe atesorarse y que la mejor forma de hacerlo es cuidando y alimentando esa amistad. También puedo ver, sin ninguna duda, que no vale la pena malgastar energía tratando de lograr un amor que no existe o no es para nosotros.

Hoy conozco más profundamente a personas a las que veo poco y hasta a aquellas a quienes no he visto nunca en persona, que a aquellas que han estado a mi lado, a veces por años. La cercanía no nos asegura la amistad, el apoyo, la confianza, el respeto, el cariño ni la lealtad.

Hoy le agradezco a la vida, el haberme dado una madre que me amó hasta el final de sus días, que me haya permitido ser la madre de dos seres y amarlos hasta el final de mis días. Agradezco la amistad y la compañía de todas las personas que estando cerca o lejos, están ahí, para mí y agradezco el poder estar para ellos.

Hoy desperté pensando en el amor y el cariño y ahora agradezco profundamente lo que me ha tocado de ello.

Quienes se han aprovechado de la amistad y del cariño, quedan en el lugar que corresponde, ya no tocan mi corazón. Sin embargo, también les agradezco el dolor y el daño que han causado, porque ha sido gracias a esto que hoy puedo ver lo que realmente tiene valor, porque ha sido gracias a ellos que hoy soy una mejor persona. El aprendizaje ha sido, por mucho, difícil y doloroso, pero finalmente puedo ver más allá del dolor y la decepción; puedo ver el amor más allá del desamor, puedo ver la confianza más allá de la traición.

No voy a juzgar más, cada uno sabe lo que carga en su corazón y en su conciencia. Llegará el día en que seremos juzgados, llegará el día en el que cada uno se enfrentará a su propio juicio.

Ya lo dijo Pablo Neruda, “Algún día, en cualquier parte, en cualquier lugar, indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas”.

Hoy puedo decir que me he encontrado, siento que mi alma ha sido liberada y me siento bien.

enero 12, 2010

Ahora estoy bien

Ahora estoy bien, lo pasado ha quedado atrás.

¿Hasta dónde puede otra persona herirte?

Hasta donde tu le des crédito a sus palabras y a la opinión que tiene de ti. Hasta donde tu permitas que sus acciones te afecten o hasta donde permitas que sus acciones sean atribuidas a ti mismo.


“ – Doy cuanto tengo – dice el generoso; - doy cuanto valgo – dice el abnegado; - doy cuanto soy – dice el héroe; - me doy a mí mismo – dice el santo; y tú di con él al darte - Doy conmigo el universo entero – Para ello tienes que hacerte universo, buscándolo dentro de ti. ¡Adentro!
Miguel de Unamuno