julio 28, 2010

La locura de los celos

Puedo decir que finalmente, después de meses de verdadero sufrimiento, puedo hablar de los celos, pero no de cualquier tipo de celos, estos son mis celos, los celos que nunca antes sentí y que nunca creí llegar a sentir, pero que llegaron y desgarraron mi ser.

Si alguna vez han escuchado la frase “loca o loco de celos” debo decirles que es una frase muy real; por más que nos cueste creerlo, los celos pueden enloquecerte.

Los celos duelen, provocan un dolor en el alma y hasta en el cuerpo, pueden desgarrarte por completo. Son terribles cuando tienes motivos para sentirlos, porque sabes que no se trata de algo que está en tu imaginación, porque sabes que se trata de algo real, tangible, que son provocados por algo que realmente ocurre u ocurrió y porque no tienes manera de saber si volverá o no a ocurrir.

¿Qué son los celos? Encontré que “Los celos son una respuesta a lo que se percibe como una amenaza que se cierne sobre una relación considerada valiosa o sobre su calidad.”
Las emociones asociadas con los celos pueden incluir:
Dolor
Ira
Tristeza
Miedo
Pena
Humillación

Cuando yo me enteré que en mi ridícula historia marital había habido “infidelidad” sentí Resentimiento, no encontraba una respuesta al ¿Cómo pudiste hacerlo? Y auto incriminación, ya que me pregunté muchas veces ¿Cómo había podido ser tan ciega, tan estúpida y tan confiada?

Nunca pensé en compararme con “mi rival o mis rivales”, de ninguna manera me puedo comparar con prostituta alguna, por más guapa que pueda ser, para mí no deja de ser una prostituta. En cambio, yo sigo siendo atractiva y lo que es mejor siempre seré inteligente. Nunca me preocupó mi imagen ante los demás, seguramente habría quien dijera un “pobrecita” cuando en realidad debieran pesar “pobrecito, busca en la basura. Teniendo en casa un tesoro”. No me sentí sola, tengo la fortuna de tener pocos pero muy buenos amigos; Si me sentí humillada y traicionada porque confiaba y basaba mi confianza en mi propio sentido del honor, el respeto y la lealtad.

Creo que cedí por mera Posesividad, por un "nadie va a quitarme lo que es mío", sin embargo, ¿qué es mío? Lo único mío es mi vida, mis valores, lo que sé, lo que pienso y lo que siento. Tampoco tuve pensamientos de venganza ¿vengar qué? ¿El desamor? ¿Y manchar mi vida?, ¿ ensuciar el respeto que me debo a mi misma?, ¿perder mi honorabilidad? Nada ni nadie merece tal cosa.

Ahora, tiempo después pienso que esos celos son una de dos cosas, temor a ser abandonada u orgullo y competitividad. En un principio fueron ambas cosas, debo reconocer que sentí miedo de perder lo que tenía y a la vez sentí furia por mi orgullo herido. Con el paso de los días, las semanas y los meses, puedo decir, que el miedo a perder lo que tenía es lo más absurdo, porque nunca tuve nada, nunca tuve la relación que quise, que merezco. Tuve y sigo teniendo una relación de migajas, ahora más grandes que antes, pero a fin de cuentas migajas, porque ¿Qué es un matrimonio en el que solo yo amé sin ser amada?, ¿qué es un matrimonio basado en el abuso y la mentira?, ¿Qué es un matrimonio en el que ya no hay confianza? ¿Qué es un matrimonio en el que no hubo y no hay comunicación? … Ahora solo hay desconfianza, mi orgullo estuvo basado en lo que se esperaba de mí: "valgo porque doy lo que esperan de mi"; hoy, mi orgullo se basa no en lo que podría ser o hacer para darle gusto a otros, sino en lo que soy ¿Qué importa lo que otros quieran o esperan de mi, si ello no me interesa, si ello no es lo que necesito y quiero?

Sentí celos, celos patológicos, celos que duelen, hieren e inmovilizan o movilizan a hacer tonterías; celos que enloquecen a quien los siente. Hoy ya no los siento más, sentirlos, no cambiara las cosas, ni mi vida. Deseo no volver a sentirlos y trataré de mantener mi mente en donde debe estar, ocupada en lo que realmente importa, porque hay cosas más importantes que tratar de salvar lo insalvable. Y digo insalvable porque una vez que el “corazón se ha roto” los sentimientos salen y se pierden, al “romperse mi corazón”, mis ojos se abrieron y descubrí que lo que tengo no es lo que quiero.

4 comentarios:

  1. Había leido lo que escribiste antes, tiempo atrás y creo que vas saliendo de ese enojo y tristeza que sentías. creo entender lo que te ha pasado y creo también que vas por buen camino. Me identifico contigo en algunas cosas, sobre todo en esto que dices aqui. pienso que hay cosas que valen la pena y que hay otras que debes dejar a un lado cuando te das cuenta de que no te sirven. Suerte y que todo mejore mucho mas.

    Sarae

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  2. los esposos que se van con la prostitutas, son unos verdaderos pendejos que no tienen madre o seguramente su madre es o fue igual de puta que las putas a quienes recurren. No deseo que se le caiga el pito, porque una infección asi no se la merecen sus esposas, quienes en los peores casos, ni enterdas están, como para cuidarse.

    Lolis

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  3. Sarae, no nos conocemos, me parece. pero si estoy saliendo del pozo. Es díficil enterarte de que te han puesto los cuernos, ya sea con otra mujer "normalita" como cualquiera o con alguna puti..lla, del precio que sea. Ninguna puti...lla se puede comparar con una mujer normalita, las normalitas no tenemos nada que envidiarles.

    Ahora las cosas se están acomodando y yo estoy más que acomodada, ahora sé que tengo el derecho del mundo a tener lo que quiero y necesito.

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  4. Lolis, concuerdo en todo lo que dices.

    Mujeres, casadas o no, usen siempre condón es simplemente su seguro de vida, porque caras vemos, penes no sabemos!!! y menos sabemos en dónde andan metidos.

    Que les dicen ¿cómo, si somos esposos? nada, a usar condón, si quieren y si no, pues entonces que se vayan a otro lado... lo cual ni trabajo les va a dar. Pero arriesgarse a contagiarse de algo para no enojar a la pareja, eso no vale. Más vale un condón a tiempo que una infección o perder la vida.

    ¿Y si se va a otro lado? para quien se lo pueda preguntar, la respuesta es: si se va ¿vale la pena? seguramente que no.

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